La mayor, usaba su poder de unicornio para traer el amanecer.
La menor, traía la luna al anochecer.
Así, le daban equilibrio al reino y a sus súbditos, todas las variedades de ponis.
Pero con el tiempo, la menor se llenó de celos.
Los ponis jugaban en el día que la mayor les brindaba.
Pero dormían durante la hermosa noche.
Un día fatal, la menor se negó a bajar la luna para dar paso al día.
La hermana mayor trató de razonar con ella, pero la amargura de la menor, la trasformó en una malvada yegüa oscura.